19.06.2019
Anna Zangger

CITES: Examen con lupa de la industria de los acuarios

Los océanos están cada vez más contaminados y desaparecen los hábitats naturales marinos. El cambio climático y la sobrepesca constituyen amenazas adicionales para la supervivencia de los peces, así como la captura para acuarios tanto privados como públicos.

En todo el mundo, existen cerca de 1000 acuarios públicos y, como mínimo, 2 millones de acuarios particulares. Una industria, por tanto, a la que hace falta poder satisfacer, sacando cada vez más los peces directamente de los arrecifes de coral, puesto que la mayoría de ellos no pueden criarse en cautividad, lo que demuestra, por cierto, que la cautividad no es lo más conveniente para ellos.

Con demasiada frecuencia, los peces ornamentales capturados para los acuarios se pescan en la naturaleza, mediante venenos como el cianuro. Y no es ya que el índice de supervivencia tras la captura y el transporte sea muy reducido, sino que los hábitats naturales sufren asimismo con este tipo de prácticas, por no hablar de los efectos devastadores que genera retirar de un ecosistema una especie que pertenece a él y que está perfectamente integrada.

La reciente victoria de la FFW contra el proyecto del acuario gigante Ozeanium en Basilea, que fue rechazado por la población el 19 del pasado mayo, constituye un gran paso hacia la mejora de la protección de los océanos. No obstante, la industria de los acuarios continúa reduciendo las especies de peces coralinos y destruyendo sus hábitats.

Ahora mismo, el comercio internacional de peces de los arrecifes de coral no está sujeto prácticamente a ninguna regulación: solamente un grupo de especies, los hipocampos o caballitos de mar, y dos especies de peces, el pez napoleón y el ángel de Clarión, están expresamente protegidos por la Convención sobre el comercio de especies en peligro de extinción (CITES). Por ello, no existen
prácticamente prescripciones en materia de infraestructuras, captura o transporte. Asimismo, esto implica una falta flagrante de datos acerca de la biología y la ecología de los peces coralinos, o acerca
de los efectos del comercio sobre el ecosistema. En definitiva, actualmente no es posible supervisar ni controlar el comercio de peces ornamentales marinos destinados a la industria de los acuarios ni se puede evaluar su repercusión.

La FFW se esfuerza por hacer que cambie esta situación catastrófica. Así pues, ha presentado ante distintos países miembros de CITES las investigaciones de Monica Biondo, bióloga marina, en relación con la industria de los acuarios en Europa y en Suiza, subrayando la importancia de llevar a cabo un estudio urgente de las consecuencias de esta industria para las especies y los hábitats naturales. Los datos presentados han convencido a Suiza, a la Unión Europea y a Estados Unidos, que han  presentado un documento para la siguiente Conferencia de las Partes de CITES (CoP18), que se celebrará el mes de agosto 2019 en Ginebra. En la Convención, las Partes tendrán, pues, que estudiar la conveniencia de encargar un estudio de esas características que podría tener como consecuencia la redacción de recomendaciones futuras para una mejor defensa internacional de los peces coralinos.

Como observadora de CITES desde hace 30 años, la FFW seguirá con atención los debates sobre este asunto, además de aquellos relativos al cardenal de Banggai, una especie indonesia de peces del arrecife de coral, terriblemente amenazada por la industria de los acuarios. Este pececillo, que únicamente se encuentra en una pequeña parte del mar en Indonesia y que ha sido diezmado en más de un 90 % debido a la gran demanda de los acuarios, fue incluido en el orden del día de la última
CoP (celebrada en septiembre de 2016 en Johannesburgo) por la FFW. Aunque la CoP no otorgó ninguna categoría oficial para esta especie, Indonesia ya debe tomar medidas de protección. La
próxima CoP (CoP18) tendrá que examinar concretamente los informes de Indonesia y del comité de animales de CITES en relación con esta especie.

¿En la CoP18, en donde también se decidirá el futuro del elefante africano, serán capaces de tomar decisiones valientes para restringir el comercio internacional, superfluo, de especies en grave peligro de extinción a causa de los cambios climáticos y la pérdida de hábitat? La Fundación Franz Weber así lo espera y se comprometerá en ese sentido. La pérdida de hábitats y el calentamiento global ya suponen amenazas muy graves, ¡sin tener que añadir además un comercio sin sentido!

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