Los zoos llevan exhibiendo animales desde hace siglos. De hecho, hasta mediados del siglo XX, se exhibían incluso personas. Lo «raro», lo «exótico» y el «espectáculo» era lo que atraía a la gente.
Con el tiempo los valores sociales fueron cambiando, lo que provocó un aumento de la presión social en contra de los zoos. Estos reaccionaron respondiendo con la creación de recintos más grandes. Afirmaban que con ello contribuían a la «educación» y «sensibilización» de la población, así como a la protección de las «especies» y de sus «hábitats».
Sin embargo, los zoos siguen siendo instituciones mercantilistas que se involucran muy poco en la educación basada en la empatía hacia los animales, y en la conservación de las especies y de sus hábitats. Más bien se produce todo lo contrario. La captura de animales salvajes con el fin de exhibirlos en zoos y acuarios sigue siendo dañina para la naturaleza y la fauna silvestre. Los zoos matan anualmente, solo en Europa, alrededor de 5.000 animales por razones de gestión, una práctica conocida como el culling.
Hemos reaccionado frente a esta situación creando el proyecto «ZOOXXI». En él, trabajan activistas del ámbito animalista y para la protección del medio ambiente, así como unos 40 profesores universitarios, especialistas en biología, veterinaria, ética, economía, sociología, comunicación y derecho. El proyecto se inició con un análisis exhaustivo de varios zoos del mundo y desde una perspectiva multidisciplinar de 360º, desde todos los enfoques posibles, para poder valorar los resultados y en consecuencia crear planes de actuación.
Con ello queremos dejar atrás las matanzas, las jaulas abarrotadas y por ende el sufrimiento de los animales. No pretendemos cerrar los zoos, sino convertirlos en un concepto renovado, en una mejor versión de sí mismos: un ZOOXXI. Para ello es necesario invertir en formación e investigación, manteniendo el foco de atención siempre en la protección de los animales, la diversidad de especies y de los hábitats.
La propuesta consiste en mantener únicamente a los animales autóctonos, siempre que sus planes de conservación contemplen la reintroducción de las crías a sus hábitats. Al margen de ello, las instalaciones de los nuevos zoos deberían usarse exclusivamente para «el programa de las 3Rs»: Rescate, Recuperación y Reubicación, para así atender a animales decomisados del tráfico o del maltrato, o bien animales autóctonos que se encuentren heridos.
Bienestar animal
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