La Fundación Franz Weber (FFW) ha desarrollado un proyecto de zoo moderno adaptado a los valores morales actuales: ZOOXXI. Recientemente, los esfuerzos de la FFW han dado sus frutos: la ciudad de Barcelona ha adoptado la idea del ZOOXXI para su zoológico. Se trata de una iniciativa ciudadana, creada por la Fundación Franz Weber en colaboración con la Asociación Animalista Libera, que el pasado 3 de mayo logró obtener una modificación legislativa y, como consecuencia, el fin del modelo actual del zoológico de Barcelona.
ZOOXXI en Barcelona: el primer paso hacia el futoro
Este triunfo histórico es el primer paso de la campaña ZOOXXI. Se trata de una decisión crucial que nos aleja por fin de la idea de dominación del ser humano sobre la naturaleza y nos acerca a una noción de convivencia pacífica. Es la primera piedra que se coloca para construir nuestro futuro.
Pero ¿que es ZOOXXI?
Cuando me entrevistaron para la televisión pública en Barcelona, tuve que hacer el esfuerzo de definir este proyecto en pocas palabras. Mi respuesta fue muy sencilla: «ZOOXXI es todo lo que pretenden
hacer los zoológicos».
Los zoológicos explican que ayudan a «conservar» las especies, que «educan» y «sensibilizan» a la población acerca de los problemas a los que se enfrentan los animales y el estado actual de nuestro planeta. No obstante, hay que admitir que lo único que han conseguido es mantenerse a sí mismos. Dicen que hacen «investigación» y, sin embargo, la información que obtienen de los animales en cautividad solamente se puede utilizar en el contexto de la cautividad. En cambio, no permiten extraer ningún tipo de información sobre los comportamientos y las necesidades de los animales en su hábitat natural. Los zoológicos hablan de «educación», pero nunca cuestionan el modelo de cautiverio que ponen en práctica. La campaña ZOOXXI propone que esas promesas se correspondan con la realidad y hacer que los zoológicos entren en el siglo XXI.
¿Qué propone ZOOXXI?
ZOOXXI propone una revolución medioambiental, científica y ética; una reconversión de los zoológicos de todo el mundo para adaptarlos a la ciencia moderna y a la moral del siglo XXI. La idea es convertir los zoológicos, que ahora están destinados casi en exclusiva al ocio, en lugares clave para la investigación, la conservación y la educación. Así pues, este proyecto se basa en cinco pilares principales:
La conservación: Es decir, la protección en primera instancia de los animales en su hábitat natural. Esto implica que los zoológicos lleven a cabo proyectos concretos de preservación en la naturaleza (in situ) y que no se limiten a exponer individuos detrás de barrotes. Dentro de esta misma idea, se debe dar prioridad a las especies locales o regionales. Al fin y al cabo, un zoológico basado en la conservación no tiene sentido si no pretende reintroducir a los animales en su hábitat, ya sea a medio o largo plazo.
La ciencia: Cada zoológico debe crear un centro de investigación científica del comportamiento natural de los animales y la «sintiencia» animal, es decir, el hecho de que los animales como seres individuales están dotados de capacidades cognitivas, emocionales y, en definitiva, de una consciencia. El objetivo es mejorar nuestros conocimientos sobre los animales, sus hábitats y, al mismo tiempo, reforzar nuestra empatía hacia el resto de las especies animales.
La ética: Los zoológicos no deben limitarse a «exponer» animales procedentes de otros lugares; deben convertirse en verdaderos centros de acogida, de atención médica y de reintroducción de animales heridos, en peligro o requisados por la policía porque hayan sido víctimas del tráfico ilegal. Un zoológico ético debe renunciar a la práctica del culling (el sacrificio de las crías de animales «que sobran») y a la captura de animales salvajes.
La administración: En otras palabras, una transparencia absoluta acerca de los procedimientos administrativos empleados. Este principio solamente puede respetarse con la creación de un comité científico y ético compuesto por expertos de todos los ámbitos.
La educación: Una educación auténtica en lo relativo al comportamiento natural de los animales y a la empatía hacia otras especies. Esta educación puede materializarse por medio de las nuevas tecnologías de inmersión, como la realidad virtual, que se relaciona con los proyectos concretos de preservación in situ llevados a cabo por el zoológico. Es necesario que los zoológicos evolucionen desde la exposición de los animales a su observación en su hábitat natural.
Según las últimas investigaciones científicas y conforme a la evolución de la moral, los animales son seres dotados de sensibilidad física y psíquica, de capacidades cognitivas y emocionales y de distintas formas de consciencia. Si partimos de esa idea, no hay duda alguna de que la cautividad no les aporta nada más que sufrimiento, sobre todo porque les resulta imposible comportarse de manera natural. Por lo tanto, es imperativo que los zoológicos se concentren en la protección de las especies y los hábitats, antes de pensar en exponer a los animales, y en ofrecer a cada animal las atenciones adecuadas y unas condiciones similares a las de su hábitat natural.
ZOOXXI cuestiona por completo el modelo de conservación actual de los zoológicos, basado en el comercio y los beneficios, la reproducción y el intercambio de animales. Este proyecto exige a los zoológicos redirigir sus esfuerzos hacia la protección de las especies y de los animales individualmente por medio de programas de conservaciónn en los hábitats naturales. La mejor forma de proteger la biodiversidad es llevar a cabo acciones de protección de la naturaleza.
Este tipo de acciones no solo son cada vez más urgentes debido a la rápida desaparición de especies y hábitats, sino que permitirían a los visitantes de los zoológicos experimentar, de forma directa, el comportamiento natural de los animales. Por eso, el proyecto ZOOXXI propone que los zoológicos establezcan un área científica y tecnológica que permita, mediante experiencias inmersivas e interactivas, descubrir a los visitantes el proyecto de preservación in situ llevado a cabo por el zoológico y entender mejor el comportamiento animal dentro de su hábitat. De esta forma, sí se pondrá en práctica una educación que permita la adquisición de nuevas costumbres respetuosas e implicadas en la protección de la biodiversidad.
Con este nuevo modelo, los zoológicos del siglo XXI trabajarán en red y, en lugar de intercambiarse animales, se enviarán imágenes y conocimientos científicos de distintos programas de conservación. Colaborarán estrechamente, pues un zoológico protegerá una zona concreta y los otros se encargarán de hábitats diferentes.
La campaña ZOOXXI quiere evitar que se cierren los zoológicos. Un informe realizado por el equipo de la FFW en colaboración con otras asociaciones barcelonesas muestra que el cierre de los zoológicos tendría efectos catastróficos para los animales que viven ahora en ellos, puesto que, en el mejor de los casos, acabarían en otros zoológicos. A menudo, son vendidos a peleterías o restaurantes exóticos… Solo una pequeña minoría de estos animales podría ser trasladada a santuarios o reservas, y apenas una cantidad anecdótica sería devuelta a la naturaleza. Así pues, el proyecto no exige el cierre de los zoológicos, porque eso sería perder una oportunidad magnífica de reconvertirlos, de aprovechar las instalaciones y los especialistas existentes que tienen la capacidad de acoger a todos los animales que necesitan protección y atenciones.
ZOOXXI es el futuro, la mejor forma de convertir nuestros errores del pasado en una mejor relación entre el ser humano y el mundo que lo rodea; de construir nuestro futuro sobre una base de empatía y razón y no sobre la explotación y el menosprecio. Primero Barcelona, después el resto del mundo. Quedan miles de animales por rescatar, miles de hábitats por conservar y cientos de zoológicos por transformar.
Para más información: