Las borlas y los ribetes de piel en gorros, chaquetas y botas vuelven a estar de moda, desde hace unos años. Actualmente se producen en grandes cantidades, a bajo precio, para convertirlos en objetos asequibles. Los artículos de piel se han convertido en detalles decorativos en la industria textil y de accesorios, lo que desdibuja el valor de la piel de verdad, generando falta de consciencia sobre el sufrimiento afligido a los animales, a los que se les mata para la obtención de su piel.
La producción de objetos de piel no se ha vuelto más respetuosa con los animales, sino todo lo contrario. Desde que el continente asiático se ha convertido en un gran exportador de artículos de piel, la fiebre por estos productos se ha agudizado. Los testimonios gráficos nos demuestran que la tenencia y matanza de animales afectados por parte de los fabricantes de artículos de piel, sigue conllevando grandes torturas.
En el mundo de los guapos y ricos el hecho de llevar pieles está de moda. Con este gesto toda una generación de gente joven se vuelve insensible a ello. Ahora ya no reconocen la sangre que se ha tenido que derramar para obtener cada una de esas prendas.
La Fundación Franz Weber ha emprendido junto a otras organizaciones de protección animal, campañas de concienciación social. En total se han difundido en Suiza, 2.500 carteles a lo largo de todo el año, repartidos en tres de los idiomas oficiales del país.
Nuestra campaña busca despertar al público de su letargo, informar y conmocionar. Queremos reforzar la conciencia sobre el dolor que sufren los animales de piel fina que están siendo objeto de caza. La población debe saber cuánta sangre se ha tenido que derramar para que puedan lucir las pieles.
El objetivo de nuestra campaña es sensibilizar a las personas para terminar de una vez por todas con la moda de llevar pieles.
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