Desde un punto de vista jurídico la lidia de toros es una excepción a la ley que permite el maltrato animal. En todos aquellos países en los que se sigue torturando a los toros, la legislación en materia de protección animal prohibiría dicha tortura si se tratase de otro animal de cualquier otra especie. Pero existe una cláusula de excepción que dice: «excepto en lo relativo a las corridas de toro».
Para justificar esta excepción jurídica los veterinarios taurinos han llegado a afirmar, refiriéndose a un estudio pseudocientífico que ellos mismos realizaron, que el toro es el único mamífero superior en toda la faz de la Tierra, que habiendo evolucionado, no padece ni dolor ni sufrimiento, pudiendo incluso llegar a sentir bienestar y cierta estimulación ante las brutales estocadas, las destructivas puyas o la penetración de las banderillas en sus tejidos musculares.
«¡Los toros no sufren!».
El entusiasmo con el que los promotores de la tauromaquia celebran esta absurda frase merecía una respuesta de seriedad proporcional: «sí, sí ¡y las vacas vuelan!»
Conjuntamente con la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVATMA), hemos generado una campaña científica y humorística a la vez, bajo el eslogan «y las vacas vuelan». Mediante informes científicos y animaciones en 3D, mostramos todas las fases del sufrimiento brutal al que se ve sometido un toro durante la corrida, incluso en el momento de su muerte.
No hemos encontrado mejor manera que el humor para combatir semejante tomadura de pelo de estos supuestos científicos taurinos, y si bien seguimos llorando por los toros muertos, ahora también nos reímos de sus verdugos.
Bienestar animal
Bienestar animal
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